sábado, 20 de julio de 2013

Triceratops

Triceratops "cara de tres cuernos'") es un género de dinosaurios ceratopsianos ceratópsidos, que vivieron a finales del período Cretácico , hace aproximadamente 68 y 65 millones de años, en el Maastrichtiano, en lo que hoy es Norteamérica. Es uno de los últimos géneros en aparecer antes del gran evento de extinción masiva del Cretácico-Terciario. Poseía una gran gola ósea (plataforma craneal posterior) y tres cuernos; cuerpo grande sobre cuatro fornidas patas, y con semejanzas en aspecto con el moderno rinoceronte, Triceratops es uno de los más reconocidos de todos los dinosaurios. Aunque compartiera el territorio con el temible Tyrannosaurus y fuera cazado por él, no está claro si los dos lucharon de la manera representada a menudo en exhibiciones de museo o en imágenes populares. Aún no se ha encontrado un esqueleto completo de Triceratops, aunque la criatura está bien documentada por numerosos restos parciales recogidos desde la introducción del género en 1887. La función de la gola y de los tres cuernos faciales distintivos ha inspirado largas discusiones. Aunque se vean tradicionalmente como armas defensivas contra depredadores, las últimas teorías proponen que es más probable que estas características fueron utilizadas durante el cortejo sexual y exhibiciones de dominancia, como la cornamenta de los modernos reno, la cabra blanca, o el escarabajo rinoceronte. Triceratops es el mejor conocido de los ceratópsidos, pero la colocación exacta del género dentro del grupo ha sido sin embargo un punto de discusión entre los paleontólogos. Dos especies, T. horridus y T. prorsus, son actualmente consideradas válidas, aunque se han descrito muchas otras. Recientes investigaciones parecen apuntar a que el conocido ceratópsido, Torosaurus, representa una forma completamente madura de Triceratops más que un género aparte. El tamaño de los individuos de Triceratops se estima entre los 7,8 y 9 metros de largo y 2,9 a 3 de
altura.Los Triceratops eran herbívoros, recios y voluminosos, pesaban entre 6,1 y 12 toneladas. Lo más distintivo era su gran cabeza, proporcionalmente una de las más grande de todos los animales terrestres. Pudo haber medido alrededor de 2 metros de largo, y casi podía alcanzar un tercio de la longitud total del animal. Tenía un único cuerno en el hocico, sobre las narinas, y un par de cuernos de aproximadamente 1 metro de largo, sobre cada ojo. En la parte trasera del cráneo tenía una gola ósea (expansión nucal o plataforma craneal posterior) relativamente corta y sin fenestras, a diferencia de la mayoría de los demás ceratópsidos, que tenían grandes aberturas en esta estructura. El Triceratops tenía un cuerpo robusto y poderoso, caminado sobre sus cuatros extremidades que eran muy fuertes y con los dedos de las extremidades anteriores con cinco dedos y cuatro en las posteriores, todos formando un fuerte casco. Se movían sobre sus cuatro gruesas patas; las delanteras destacaban por su fuerza, ya que debían soportar el peso de un cráneo de dimensiones desproporcionadas. Aunque ciertamente cuadrúpedo, la postura de estos dinosaurios ha sido objeto de largo debate. Originalmente se creyó que las extremidades anteriores del animal tuvieron que estar dispuestas en ángulos desde el tórax para mejorar el soporte del peso de la cabeza. Esta posición se puede
ver en las clásicas pinturas de Charles Knight y Rudolph Zallinger. Sin embargo, evidencias icnológicas (huellas de pisadas ceratópsidos) y las reconstrucciones recientes de esqueletos tanto reales como digitales, parecen demostrar que Triceratops mantuvo una postura vertical durante la locomoción normal, con los codos levemente arqueados hacia fuera, en una posición intermedia entre completamente vertical y completamente arqueado, como en el rinoceronte moderno. Esta conclusión no imposibilita un paso arqueado para las confrontaciones o la alimentación. Desde su nuca y extendiéndose sobre el cuello, Triceratops poseía una gola ósea, la plataforma craneal posterior, sobre el que se extendía una capa de piel, profusamente irrigada por numerosos vasos sanguíneos, de lo que se tiene cuenta dada las improntas que estos capilares dejaron en el hueso. Erróneamente se pensó en la antigüedad que esta gola cumplía una función defensiva para el animal, lo que ha sido descartado recientemente dada su fragilidad, pues no constituía una placa ósea lo suficientemente solida y completa. Algunos paleontólogos incluso han llegado a sugerir que una lesión en dicha gola puede haber resultado en extremo nociva para el animal, dada su alta irrigación sanguínea. Entre las numerosas funciones que se han atribuido a esta formación ósea, se encuentran las de termorregulación y de exhibición tanto sexual como defensiva, fundadas en la circulación sanguínea del animal. En el primer caso, actuando como una vela similar al caso del Spinosaurus, y en las segundas alternativas, debido al enrojecimiento que supuestamente habría adoptado la gola al aumentar el flujo sanguíneo, como en las placas del Stegosaurus. La piel del animal era gruesa y presentaba unas pequeñas protuberancias que se
diseminaban por su cuerpo de manera irregular. La boca recuerda a un pico de loro, mientras que la dentadura revela que la alimentación de los Triceratops era eminentemente herbívora. Tras arrancar los brotes y hojas trituraba el alimento con hileras de dientes localizados en el fondo de la boca que le servían como un mecanismo para esquilar el alimento. Esas piezas dentales crecían de nuevo una vez se desgastaban. Ya que la posición del cráneo es bastante baja, lo más probable es que su comportamiento alimentario fuese eminentemente ramoneador. Los dientes de Triceratops son uno de los fósiles más abundantes del final del Cretácico en el norte de Estados Unidos, sugiriendo que fueron los herbívoros dominantes de su tiempo. El cráneo distintivo de Triceratops tenía un solo cuerno nasal, corto y grueso, localizado sobre las ventanas de la nariz, además de un par de cuernos de aproximadamente 1 metro de longitud, los cuales, estaban ubicados sobre las cuencas oculares. Las crías tenían los cuernos rectos, con una longitud de 5-12 centímetros, antes de que maduren y comience a formarse una curvatura. La parte posterior del cráneo posee una pequeña concavidad ósea. Se han propuesto un diverso número de teorías sobre el uso de los cuernos: Como defensa contra los terópodos. Como medio de comunicación entre miembros de su manada. Como medio de disputa de territorios y apareamiento. Como medio de cortejo. Como un símbolo de estatus que reflejaba (o determinaba) su posición en la manada. Como puntos de anclaje para los músculos de la mandíbula. Como un medio de termorregulación. Los orígenes evolutivos de Triceratops fueron desconocidos durante muchos años después de su descubrimiento. En 1922, Henry Fairfield Osborn interpretó al recientemente descubierto Protoceratops como su antepasado, pero pasaron muchas décadas antes de que nueva información saliera a luz. Los últimos años han sido fructíferos en el descubrimiento de varios dinosaurios relacionados con los
antepasados de Triceratops. Zuniceratops, el ceratopsiano más antiguo conocido con cuernos en la frente, fue descrito a finales de la decáda de 1990, y Yinlong, el primer ceratopsiano del Jurásico, en 2005. Estos nuevos hallazgos han sido cruciales en el entendimiento de los orígenes de los dinosaurios con cuernos, sugiriendo un origen en Asia, durante el Jurásico, y la aparición de los verdaderos dinosaurios con cuernos, los ceratópsidos, a principios del Cretácico Superior en Norteamérica. Como Triceratops se ve cada vez más como un miembro de la subfamilia de gola larga, Ceratopsinae, un probable antepasado pudo haberse parecido a Chasmosaurus, que prosperó unos 5 millones de años antes. Los Triceratops eran herbívoros y, debido a su cabeza baja, su alimento principal era probablemente plantas de crecimiento bajo, aunque pudieron haber derribado árboles más altos con sus cuernos, pico, y cuerpo. Las mandíbulas terminaban en un pico profundo y estrecho, que se cree que habría sido mejor en arrancar y ramonear que para morder. Los dientes del Triceratops estaban agrupados en baterías, de 36 a 40 columnas de dientes a cada lado de cada mandíbula, con tres a cinco dientes apilados por columna, dependiendo del tamaño del animal. Esto le da un total de 432 a 800 dientes, de los cuales solamente una fracción estaba funcionando en un momento dado; el reemplazo de los diente era continuo y ocurría a lo largo de la vida del animal. Estos actuaban cortando en una posición vertical o casi vertical El gran tamaño y número de los dientes de un Triceratops sugiere que comían volúmenes grandes de material vegetal fibroso, por lo que se ha sugerido que palmeras y cycas formaban la mayor parte de su dieta,49 50 o helechos, que crecerían en praderas.


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